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Hombre de izquierdas, republicano, teórico, librepensador y activista al mismo tiempo, tertuliano incansable y pícaro filósofo con sentencias inspiradas en el genio cordobés de Séneca, ha ejercido, con su ceceo inconfundible, como andaluz y como menorquín.

Antonio Casero Rodríguez será, muy a su pesar, el protagonista del homenaje que un grupo de amigos ha organizado para este sábado en el Orfeó Maonès. 55 años después, 'en Casero', como es denominado y conocido, se ha ganado, por derecho propio, el título de 'ciudadano de Menorca'. Fue la cara y la voz más conocida del PCE durante la Transición.

Intervino y animó los movimientos antifranquistas desde la clandestinidad; participó en la Junta Democràtica de Menorca (1975) y después en la Assemblea Democràtica (1976). Corrió delante de los 'grises' en las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia de 1976 por la protesta de Es Freginal (Parc sí, parking no). Firmó el Pacte del Toro (1977) y tomó parte en los debates de la Assemblea Autonòmica de Menorca. Elegido concejal comunista en el primer ayuntamiento democrático de Maó (1979-1983), Antonio Casero ha vivido en primera línea decisiones y momentos relevantes de Menorca durante cincuenta años. Honesto y vehemente, en la noche del 23-F, al conocer el intento del golpe de Estado del coronel Tejero, escondió los archivos del PCE-Menorca con Miquel Vanrell. Ha formado parte de la directiva del Fomento del Turismo de Menorca, proclamado Andaluz del Año en 1977, aconsejó a Josep Portella investigar la obra de Fernando Ortiz...

Incansable, en 2014 firmó un manifiesto a favor de una candidatura unitaria de izquierdas tras haber sido candidato al Senado en 1989. Ahora convoca la concentración «Pel dret a decidir». Genio y figura, Casero.