Las islas, con su territorio limitado, sufren en el terreno inmobiliario una presión que no se da en otras comunidades, como es la demanda de compradores de fuera, nacionales o extranjeros, que influyen en los precios. Menorca no es una excepción y en el segmento en el que más se nota ese interés es, en los últimos años, en el de las propiedades de lujo. Grandes fincas con terreno, casas señoriales cuyos precios se escriben con cifras de seis ceros, de entre un millón y siete millones de euros, señalan los profesionales del sector, algunas se dice que han llegado a 10, pero claro, son negocios confidenciales ante todo. Cada vez que una operación de compra-venta de estas características sale a la luz hay quien alerta de la posible invasión: en Mallorca de alemanes, aquí por ahora son los franceses los que han descubierto las posibilidades de Menorca y el amplio repertorio de fincas, algunas en buen estado y en explotación, otras sencillamente que se caen. ¿Preferimos entonces que lo que nos invada sea la maleza, las piedras desprendidas de las paredes secas, las pintadas de okupas puntuales o los trastos y basura que algunos aún desperdigan por el campo?
Vía libre
Invasión y negocio
19/09/17 21:36
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