El pensamiento es el motor de la imaginación y la experiencia su gasolina. Por raro que pueda parecer me siento legitimado para poder decir sin presumir que conozco de un matrimonio que tiene un hijo ministro, y conocí a otro que él era idiota y su mujer lunática de solemnidad, y aun así, tuvieron un hijo banquero.
El otro día asistí en Sanlúcar de Barrameda a un sepelio de un conocido, el hombre ya en plena ancianidad y clavando mi mirada en su deteriorada anatomía, allí mismo llegué a la conclusión de que la ancianidad es la más «letal de las enfermedades» absolutamente siempre mata al que la padece, aunque nadie se atreva a calificarla como enfermedad.
Ya que me he metido en reflexiones, déjenme que les diga que el coñac es el medicamento más usado de los que no sirven para curar un constipado. Por otra parte, tengo prisa en decirles que si tiene usted un constipado de los gordos y va al médico le durará una semana, y si no va, seguramente le durará siete días, por lo menos de estas naturalezas cursan mis catarros.
No soy muy dado a dar consejos, en esa industria prefiero recibirlos. No obstante, déjenme decirles y creo estar cierto en ello, que no vale la pena prescindir de buenas comidas por pasar cuatro años más en un geriátrico.