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Las fuerzas de la seguridad del Estado en su conjunto tienen más que una probada experiencia en su lucha contra el terrorismo, no en vano han estado como quien dice 50 años con el terrorismo de ETA, años de dolorosas experiencias, pero ese terrorismo era muy diferente del que llevan a cabo los fanatizados yihadistas y sus células durmientes que se activan sin otro razonamiento que el de causar el mayor daño posible, sabiendo que no van a conseguir otra cosa que ocasionar con sus sangrientas bestialidades que ser la trágica noticia a nivel mundial que les señala la sinrazón de su errática existencia, sin importarles para nada ni los daños ni los sufrimientos tan injustamente como indiscriminadamente causados. ETA no tenía en su fanatismo un componente religioso, todo acababa antes de autoinmolarse para ocasionar más víctimas, de manera, que no se colocaban un cinturón explosivo, más bien al contrario, tenían mucho interés en que ninguno de sus activistas resultase herido, y además, sus terrorista eran mayoritariamente vascos. Los yihadistas pueden ser de muy diferentes nacionalidades donde acabaremos por incluir la española. Los de Catalunya parece que eran mayoritariamente marroquíes. En cualquier caso suelen ser jóvenes radicalizados, como pasa con otras formaciones de índole sectaria por estos mundos tan escasos de sentido común.

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Algo que no he acabado de entender es la acción a mi modo de ver precipitada, que lleva a los mossos a matar a balazos en un descampado a Younes Abauyaaqouh, presunto autor de la matanza de las Ramblas con una furgoneta, matando casi en el acto a 13 personas, más tarde morirían otras 3 y dejando 130 heridos, algunos de extrema gravedad. Fuera éste o fuera otro el autor ¿por qué no se le capturó vivo? Muerto, aparte de lo que significa para ellos inmolarse, no pueden informar de nada. Por otro lado monseñor Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, dijo en la homilía de la misa de la Sagrada Familia ante los Reyes, el presidente del Gobierno y el de la Generalitat, que «la unidad nos hace más fuertes frente a la división que nos corroe». Como muestra lamentable algún periódico señala «el evidente desquiciamiento de los separatistas», caso de Joaquín Forn «distinguiendo entre víctimas catalanas y españolas». O esa acusación gratuita, sin pruebas de la CUP en la portada del «El Mundo», lunes 21 de agosto 2017 diciendo «la CUP llama al boicot contra el rey que financia el terrorismo». Luego en la pág. 15, el mismo periódico un titular dice «una diputada de este partido (CUP) dice que la monarquía contribuye a financiar el terrorismo». Bien sabe Dios que siento decirlo, pero en mi opinión es verdad que a veces la prensa crea criaturas patéticas. No creo que me equivoque, aunque ojalá que así fuera, refiriéndome a ese desnortado terrorismo, diciendo yo ahora que el yihadismo volverá a ocasionar nuevos estragos, Basta con un fanatizado que le dé por conducir en el sitio más inesperado un vehículo contra una muchedumbre humana, o lo que sin duda aún puede ser peor, si les da por usar material bacteriológico o cualquier otro ingenio de destrucción masiva. No pensar en ello sería poco menos que facilitarles su triste camino hacia la barbarie de la nada que les espera.