Después del «Menorca», «El País» y «El Mundo», se puso a hojear el nuevo rotativo: «El Universo». Muchas informaciones se le antojaban provincianas y parciales, así que quería una visión amplia, lo más objetiva posible de los acontecimientos.
El juego político le producía una irritación creciente. Los Picapiedra contra la Derecha Maldita. Demasiado ruido y pocas nueces. Incapacidad de dialogar. El avance de la carcoma. A la gente frustrada, fracasada, engañada, indignada y cabreada... ¿qué vía de escape se les puede ofrecer? Todo lo que sea demolición les consuela. Si yo no estoy bien, os vais a fastidiar todos. Dividir países o apoyar líderes estrambóticos. Cuando todo se derrumba alrededor ¿para qué vas a irte con remilgos? Te lo crees todo, si es anti-lo que hay. Contra el sistema.
Un filósofo ha dado recientemente una conferencia en Madrid, como si se tratase de una estrella de rock: algo turbio está pasando para ponernos histéricos buscando la guía de viaje que nos ayude a enterarnos de algo.
Demasiadas cosas virales, sobresaltos multimedia y gente que sigue con devoción de fan a los más chulitos e intolerantes. Qué ganas tengo de que llegue la posmentira (lo que aquí llamamos caure de s'ase). Leo en el Universo que Stephen Hawking nos invita a abandonar la Tierra si no queremos perecer fruto de nuestra propia naturaleza destructiva y depredadora de los recursos naturales. Y nosotros preocupados por cuatro chorradas...
