Vía libre
La afición de criticar
La estadística de bodas no está para alegrías últimamente. Este sábado en la iglesia de Santa María de Maó se han resarcido con creces de la sequía de ceremonias con una glamurosa. Hablo, cómo no, del enlace entre el jugador de baloncesto Sergio Llull y su ya mujer Almudena Cánovas. Se cerró el tráfico unas horas, se agolparon curiosos en torno al perímetro de seguridad, llegaron los invitados, entre ellos, algunos de los mejores del baloncesto mundial, todos -ellos y sus parejas-, luciendo sus mejores galas y allí, en un Maó que normalmente en fin de semana por la tarde, en la canícula del verano, se dedica a languidecer, había un ambiente divertido e inusual. También cariño e ilusión de muchos de los presentes, sobre todo niños aficionados al deporte que querían ver a sus estrellas, a Lull y al resto de jugadores.
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