Una joven sevillana llegó a Eivissa para trabajar en la limpieza de barcos y se instaló en un piso compartido, bueno, más bien realquiló una habitación en Sant Antoni. Viajó con tiempo, explica a la prensa de aquella isla, para buscar un sitio en el que alojarse con su perro Nano, por el que ahora ha sido noticia. Resulta que la han echado de la habitación que alquiló porque el perrillo, un bulldog francés -raza chata y gran roncadora-, 'respira fuerte' por las noches y molesta al resto de habitantes de la casa, o eso le han dicho antes de dejarla con su maleta y el can en la calle. No sin antes haber pagado fianza por el cuarto y el mes que corre, y aquí está el dato sangrante: 400 euros por una habitación, desconozco las dimensiones, y otros 400 de fianza, no por un piso entero sino por las cuatro paredes, y a compartir, el resto.
Vía libre
Desahucio por roncar
18/04/17 0:00
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