TW

Venga, del tirón. ¡Eh jefe!, dos con leche y un cortado. Yo quiero uno solo con dos de azúcar. El mío con sacarina y en vaso. A mí un té con agua mineral y leche de soja. Yo uno doble con mucha espuma. Carajillo para mí. Yo americano pero no muy largo. Un cortado con la leche fría. Uno de los cafés con leche desnatada. A mí me cobras un cortado y el té. A mí el carajillo y el americano. A mí dos con leche. A mí el solo y otros dos con leche. ¡Uff!, difícil de recordar, ¿verdad? Pues bien, queridos lectores, el camarero se acuerda de todo y sabe perfectamente que aún queda un cortado por cobrar, porque a memoria no les gana nadie.

2 Así que dignifiquemos, de una vez por todas, el trabajo de las camareras y los camareros de este país. La memoria, los idiomas, la imagen, la condición física, el imprescindible don de gentes para tratar con tantos clientes, las maratonianas jornadas de trabajo, hacen que este país se aguante por ellos y por su esfuerzo. Si ellos paran, el turismo y por tanto la economía se paran, ese es el gran poder del que deberían tener conciencia para evitar la explotación que sufren en muchas ocasiones.

Y es que camarero no puede ser cualquiera. Por poner un ejemplo tonto, Rajoy no podría serlo. Primero por la edad, con más de 60 tacos estás más que fuera del mercado laboral, los neoliberales mandan, amigo. Segundo porque mucho don de gentes no tiene, si le superan las ruedas de prensa domesticadas, imaginen tratando cada día con cientos de clientes, se haría un lio con lo de «una cuchara es una cuchara» y todo eso. Y tercero, porque hoy en día si no manejas mínimo inglés y tienes algunas nociones de francés, o italiano, no te contratan ni de coña, y ya sabemos todos que el presi de idiomas va muy limitadito por decirlo de forma suave, que a la mínima me acusan de enaltecimiento de la Filología y la tenemos liada.

Noticias relacionadas

En plena Semana Santa los camareros y camareras van a ir a tope corriendo de mesa en mesa, o a lo largo de las barras, para servir a los parroquianos, creyentes o no, todo lo que va a consumir en vacaciones. Mientras gran parte de la humanidad está saliendo en procesión, con los santos hacia las iglesias, o con las toallas de playa hacia los chiringuitos, o ambas cosas por turnos, cada cual con su libertad de culto y su tipo de paella, faltaría más, los camareros van a currar a destajo, y van a ser pieza fundamental para que el puente vaya como la seda.

Cierto, si los controladores hacen huelga, no se vuela. Cierto, si los estibadores hacen huelga, no llegan las mercancías. Pero amigos, como los camareros de este país hagan huelga, se paraliza el país entero y entra en estado de histeria nivel pro en menos de 24 horas, tiempo máximo que el personal aguantaría con los bares cerrados. Si ya nos joden la vida por mogollón de sitios, nos roban la pasta con tanta impunidad, y nos quieren quitar el derecho a reírnos de las desgracias a las que nos condenan, como cierren los bares, sitio para ir a poner a parir todo lo que se menea y volver a casa más tranquilo, se les monta un pitote de grandes dimensiones.

Así que tratémoslos con sumo respeto, porque como se les crucen los cables, con todo el derecho, la pueden liar parda. Y porque entre una cerveza bien servida y un vaso imbebible de líquido amarillo va un mundo, las cañas bien tiradas son una arte. No olviden pedir con amabilidad y respeto, y si les tratan bien dejen algo de bote, estamos en sus manos. Feliz, religioso o laico, jueves.