Indalecio Mateu, el Che, fue un sindicalista luchador, combativo en todos los temas, incluso en los que no tenía razón. Su hija Ruth Mateu, consellera por sustitución de Esperança Camps, ha dimitido sin casi quejarse, aceptando la exigencia de la presidenta Armengol. Otra cosa es la representación que ha organizado Més a su alrededor, pero Mateu ha sido consecuente con su compromiso de impulsar la transparencia, una palabra que se dice mucho y se practica poco. El código ético aprobado por este Govern no admite dudas: Ruth Mateu debía dimitir. Su Conselleria cometió el error de adjudicar un estudio sobre «Hábitos de consumo cultural» al jefe de la campaña electoral de Més per Mallorca. Ydividió ese contrato de 43.000 euros en dos partes para poder adjudicarlo sin concurso. Estas operaciones matemáticas, que han realizado tanto la izquierda como la derecha, para firmar contratos de forma más rápida y a veces con personas próximas, no se llevan a cabo por accidente. Hay voluntad.
Terra de Vent
Estudios, listas y listos
02/04/17 0:00
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