Creo haber leído en alguna parte una afirmación de Matías Quetglas en el sentido de que antes solía reproducir la realidad y ahora la recrea. Aunque quizá no sea exacta, pues cito de memoria, me parece una definición bastante ajustada a su arte actual, al estadio en el que se encuentra su evolución en el mundo de la plástica. También creo haber leído en algún sitio este título: «Matías Quetglas, la desnuda realidad». Realidad por el estilo realista que marcó el principio de su carrera, un realismo madrileño, humanizado, distanciado del frío hiperrealismo americano. Tras años de «pintar como una monja» (son sus propias palabras) decidió desembarazarse del modelo y dar rienda suelta a su imaginación. Entonces creo que sus palabras fueron: «Ahora soy feliz». Porque la del modelo es una dictadura opresiva, que obliga al artista a ceñirse a los más nimios detalles, a trabajar sin el aliciente de la inventiva, de modo metódico, tanto si uno tiene ganas de ajustarse al tema que se ha propuesto como si le apetece irse por las ramas o desarrollar nuevas ideas. Me parece que los pasos seguidos por Matías Quetglas en su evolución son acertados, al fin y al cabo Goya dijo en algún momento que un verdadero pintor debe ser capaz de reproducir y aún tergiversar la realidad sin necesidad de tenerla delante.
Les coses senzilles
La verdad de Matías Quetglas
30/01/17 0:00
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