Como lo leen, sí, rotundamente es un crimen. Les describiré el escenario del mismo. Un salón comedor con su sofá, librería, mesas, sillas, maceta con orquídea, plantas altas y verdes, cortinas, cómoda, carrito para la televisión, juguetes, trona, y un ser vivo de 63 centímetros que la semana que viene hará 16 semanas conmigo, desde que salió de dentro de mi. Es el tiempo fatídico cuando una madre se debe de desprender de su hijo. Según la OMS la lactancia es recomendable hasta los 6 meses-2 años, y esta criatura no cumple ni los 4 meses para dejarla al cuidado de una señora extraña que se llevará lo mejor y no tan mejor de mi hijo. Al principio les costará acoplarse a sus ritmos, y cuando lo haya hecho nos dejará y otra señora extraña vendrá. Quizás esta señora no es empática, le da igual cuidar a mi hijo que a otro. Y quizás sea empática y me moriré sabiendo que lo estrecha entre sus brazos mientras yo trabajo para conseguir un sueldo y poder pagarla. Qué incongruencia. Parece que duele menos si es el padre o los abuelos quienes se lo quedan.
Supervan Family
Es un crimen
27/07/16 0:00
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