Ya sé que aún no hemos salido de la última crisis, pero precisamente antes de entrar en otro proceso cíclico de la economía sería prudente hacerse esta pregunta: ¿Cuando será la próxima crisis económica? Esa pregunta es la que se hacen ahora bastantes economistas en los EEUU. Recientemente se han publicado varios análisis de los ciclos económicos del pasado en orden de dar las bases para entender el futuro.
Según parece en EEUU los ciclos económicos están bastante correlacionados con el ciclo del precio de las propiedades inmobiliarias urbanas y rurales. A finales del siglo pasado, los economistas dejaron bastante de un lado el papel de estas propiedades en la economía, pero recientemente se ha vuelto a estudiar su posible papel en los ciclos económicos.
Ya en 2010, Steve Hanke hizo notar que el problema de las crisis periódicas se basa en los ciclos de los precios de la propiedad inmobiliaria que afecta, como un efecto dominó, a los ciclos de construcción, a los ciclos de los negocios y finalmente a la economía global.
Según Hanke, la mayoría de picos en los precios de la propiedad inmobiliaria han tenido lugar en ciclos de más o menos 18 años, excepto en el periodo de la primera y segunda guerras mundiales que alteraron esa periodicidad, pero que parece haberse recuperado a partir de 1989. En los últimos doscientos años esos picos han sido en los años 1818, 1836, 1854, 1872, 1890, 1907, 1925, 1973, 1979, 1989, y 2006. Después de estos picos han tenido lugar las crisis económicas periódicas. Así que podríamos esperar el próximo pico en los precios en 2024 al que seguiría la crisis en un par de años.
Claro que no hay nada sagrado sobre los 18 años, es solo una cifra media de los años que han pasado entre crisis y crisis, pero da una guía sobre lo que se puede esperar en el futuro. Lo que seguro no podemos esperar es un futuro sin crisis periódicas a menos que hagamos algo para evitarlas. En eso está el punto clave de este asunto. Sabiendo que hay crisis periódicas, y en eso la evidencia es clara, si queremos evitarlas hay que actuar antes que lleguen, sino será demasiado tarde. A nadie se le ocurre vacunarse de una enfermedad cuando ya está enfermo. Pero eso es lo que hacemos una y otra vez en el proceso económico.
Curiosamente nunca oigo a los políticos hablar de esta cuestión. Siempre usan frases sobre que hay que estimular la economía y de lo bien que ellos lo hacen. Si hay crisis, la culpa es de Zapatero y ya está. Pero la periodicidad de esas crisis nos indican dos cosas, primero que estimular la economía sin discriminar el cómo hacerlo, nos llevará a un pico económico que luego pagaremos con una caída abrupta y segundo que hay cierta predictibilidad en esas crisis. La cuestión es discutir el cuándo y cómo hacer las cosas.
Ahora en EEUU hay propuestas en cambio de impuestos. Algunos de los que propugnan el evitar la próxima crisis hablan de cambiar la forma de aplicar los impuestos, en vez de poner impuestos en las ganancias proponen poner impuestos en el valor de la propiedad inmobiliaria para así reducir las rápidas variaciones en sus valores. Francamente no me parece muy acertada esta propuesta, pero si me parece acertado el empezar a discutir propuestas y hacer modelos económicas para evaluar su efectividad.
Curiosamente en la Biblia y con el sueño del Faraón tenemos probablemente la evidencia más antigua sobre los ciclos económicos, los siete años de vacas flacas seguidos por siete años de vacas gordas. La solución de José fue simple, almacenar grano en los años de abundancia para tenerlo en los años de escasez. Parece simple, pero no parece que a ningún político se le haya ocurrido el aplicarlo. Realmente ninguno habla de esas cosas o de propuesta alguna a pesar de estar en plena campaña electoral.
Sería prudente que el próximo gobierno de España preparara planes cuidadosos para enfrentarse a este problema, ahora es el momento en que se puede actuar.
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