El Consell hizo suyas ayer las recomendaciones del Observatorio de la Infancia y la Familia y acordó unificar criterios y baremos para bonificar las matrículas en las escuelas de educación infantil. La medida tendrá que llevarse a cabo en colaboración imprescindible con los ayuntamientos y se incorporará a los nuevos convenios para la distribución de becas en la etapa de cero a tres años.
Es una propuesta lógica porque si ya es una injusticia que en determinados servicios, como la sanidad, seamos tratados de manera diferente según la comunidad de residencia, imagínense pagar u optar a bonificaciones distintas para llevar a tu hijo a la escuela en un territorio pequeño como Menorca.
La existencia de esta red de centros tiene un indudable valor educativo y sobre todo ayuda a la socialización de los pequeños ya que hoy día padres y madres ya no tienen tanto tiempo para pasar la tarde en un parque y ocuparse ellos mismos de ese proceso; pero además juegan un papel vital en la incorporación de la mujer al mundo laboral, son un pilar básico para poder trabajar sin tener que llevar, generalmente las madres, a la prole adosada, o sentarla en tu regazo mientras asistes a una reunión o realizas cualquier otra actividad. Creo que eso es una conciliación mal entendida. Debes contar con profesionales cualificados, educadores, que velan por tus hijos y que te aportan la tranquilidad de que ellos aprenden y tu puedes desempeñar tu profesión. Y en el caso de padres desempleados, gozar del sistema de ayudas que permitan acceder al niño a la escuela mientras buscas cómo reingresar en el mercado laboral.
Ni una beca debe quedarse sin conceder por falta de información o de interés de la administración, siempre desde el respeto, como bien señaló el conseller, hacia aquellos que deciden educar a sus hijos en casa.