Tenemos por aquí un miedo cerval a la redundancia. Dice un inglés que se mató a buscar la Ciudad Condal en el mapa, y que al no encontrarla le preguntó a un colaborador dónde se ubicaba, a lo que el colaborador –valga la redundancia— se echó a reír y le dijo que se trataba de Barcelona. Tenemos miedo a repetir Barcelona y decimos Ciudad Condal. Tenemos miedo a repetir don Quijote y decimos el caballero de la Triste Figura. Tenemos miedo a repetir español y decimos la lengua de Cervantes. Tenemos miedo a repetir inglés y decimos la lengua de Shakespeare. Incluso en fútbol los locutores tienen miedo a repetir balón y dicen el esférico –como si hubiera balones cúbicos. Y más arriba yo podría haber evitado repetir 'colaborador' echando mano de los sinónimos que me brinda el diccionario -coadjutor, cómplice, discípulo, coagente, participante, copartícipe, contribuyente, socio-, aunque más de uno tendría que meterlo con calzador.
Les coses senzilles
Verborrea
25/04/16 0:00
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