Con su pelo engominado peinado hacia atrás, fue icono ochentero y noventero de la cultura del pelotazo, pertenecía a la jet, amarraba yate en Punta Portals y fue a dar con sus posaderas en la cárcel por delitos de estafa y apropiación indebida en las causas de Argentia Trust y Banesto. En este último banco el agujero fue multimillonario y parece ser que parte de esos fondos desaparecidos y nunca recuperados estuvieron en barbecho, en uno de esos sitios a los que van las huchas-cerdito de los que no quieren que papá Estado sepa que hacen con sus ahorrillos -o con los ahorrillos de los demás-, y que desde luego no están por la labor de aportar su contribución solidaria a la sociedad en forma de impuestos.
Vía libre
Mario Conde, II parte
12/04/16 0:00
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