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Todo el mundo ha pasado por ese ejercicio de equilibrio entre el autobombo y la necesidad de presentarse como un trabajador formado y eficaz, entusiasta, a la hora de elaborar un curriculum y enviarlo a una oferta de empleo. En los últimos tiempos ya no es suficiente con enumerar títulos y capacidades adquiridas a través de horas de estudio, cursos, prácticas, empleos anteriores o, por el contrario, con ocultar información para no pasarte de la raya y ser descartado, porque resulta que eres el primero de tu promoción en ingeniería y optas a un puesto que requiere mucha menos cualificación. No basta con tener un curriculum para intentar trabajar 'de lo tuyo' y otro para trabajar 'en lo que salga', no, ahora hay que ser original a toda costa.

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Y precisamente es lo que ha hecho un joven francés, Julien Chorier, quien se ha dado a conocer por sustituir las frases de relleno en su carta de motivación por un «bla, bla, bla» que le ha coronado como el colmo de la creatividad y además, le ha proporcionado el empleo que buscaba. Excelente nivel de inglés, bla, bla, bla..., apasionado por el mundo digital, bla, bla, bla..., competencias en comunicación y marketing, bla, bla, bla..., escribía este recién graduado, harto de enviar infinidad de curriculums y de sospechar -con altas probabilidades de acierto-, que iban a acabar en la papelera, real o virtual, de algún despacho si no se esforzaba por destacar. La verdad, la prueba de fuego de este joven no sé si da ganas de reir o llorar. Viene a demostrar que, efectivamente, muchas de sus cartas fueron «archivadas» sin ni siquiera una negativa educada -algo muy habitual-, y que, en el mejor de los casos, lo que atrajo la atención de la empresa que lo leyó fue su desparpajo. Cómo financiar la formación de tus hijos y animarles a ella si al final lo que triunfa es un bla, bla, bla.