Cuarenta días después de Navidad se celebra la Candelaria –la Candelera–, que conmemora la presentación de Jesús en el templo de Jerusalén. Esto viene a ser el día dos de febrero. Dos días después, este año al menos, empieza el carnaval, que tiene lugar antes del inicio de la cuaresma y se asocia con un breve período de permisividad y descontrol antes de los días de penitencia. Esa sería la hora de reír, imitando las celebraciones paganas que se hacían en honor del dios Baco –dios del vino–, o las que se realizaban en honor del toro Apis en Egipto. La hora de llorar sería la cuaresma, llorar por los pecados y por rememorar acaso el exceso de celo de algunos episodios sagrados de expiación de culpa en épocas pasadas. Pero lo más claro es la meteorología. El dos de febrero se sitúa en el punto medio entre el inicio y el fin del invierno, por lo que la sabiduría popular afirma que Si la Candelera plora, l'hivern és fora; si la Candelera riu, el fred és viu.
Les coses senzilles
Reír o llorar
25/01/16 0:00
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