La imaginación de los directivos de las distintas televisiones está tan flaca, tan escurrida, tan exprimida que solo así se puede explicar lo que está pasando con el tema gastronómico estando como están, empachando al personal hasta la náusea. Un tema precioso donde los haya, sin duda ameno y didáctico lo han convertido en vomitivo, un repelente gustativo porque fíjense así por encima en el siguiente listado: «El chef del mar», «Pesadilla en la cocina», que se te quitan las ganas de volver a comer fuera de casa porque te muestran cocinas desastradas, verdaderas zahúrdas que producen un rechazo visceral; luego lo de «Cocineros al volante», que si «Robin Food», que si «Un país para comérselo» que si «Al punto», lo de «Master Chef», lo del «Top Chef», «Todos contra el chef», los de los gemelos Torres que se llamará «Torres en la cocina»... y como si todo eso no fuera ya para hartarse, ahí se andan con lo del «Master Chef Junior». Cerca de 6.000 niños se han presentado a la prueba de selección. Aparte están los programas clásicos de cocina, el canal cocina o Arguiñano, que en este caso por lo menos sí es una garantía de cómo tratar la materia prima a la hora de convertirla en platos sencillos realmente gustativos. Arguiñano es para mí un punto y aparte que merece la pena ver.
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Inapetencia de la gastronomía televisiva
30/10/15 0:00
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