Gazapos y gazpachos

Estar aquí delante implica cierto riesgo. Puede que te encorajes y asegures algo de lo que estás convencido sin haber comprobado antes si era verdad o que, sencillamente, lo compruebes mal, te fíes del señor Google o de doña Wikipedia y tengas que tragarte una buena taza de gazapo que es como el gazpacho pero con un sabor y una textura más desagradables. Como me pasó la semana pasada. Y créeme, amigo lector, cuando ves un error

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en el artículo se te encoje el alma y la impotencia se adueña de tu ser. Te sientes imbécil, básicamente, más imbécil de lo que te sientes en tus pixades fora de test que se suceden en el día a día pero con la diferencia de que se da cuenta menos gente.

Y la teletienda no vende armaduras anti imbéciles. Ni repelente para idiotas. Debes conformarte con que tu error, de mayor o menor magnitud en la escala Richter de los gazapos, acabe condenado en el olvido y aquel lector ávido de 'empastes' se muera de hambre y de aburrimiento.

Escribir no es fácil ni aunque te paguen por ello, que no es el caso, ya no al menos. Te juegas el prestigio en cada letra, en cada acento, porque la audiencia de esta profesión o de este hobby es ingrata, acostumbra a recordar más fácilmente los errores que los aciertos y muchas veces aplaude frenéticamente al detectar el fallo.
Pero cada vez que subo a este estrado lo hago con la convicción de que la experiencia nos sirva a los dos para algo, que no pases por aquí como por el resto de artículos y articulistas, que al menos aprendas algo o alguna idea te dé vueltas. Hoy, por ejemplo, que la palabra había se escribe con 'h' y que Menorca no es catalana. Por ejemplo.