En Lleida, 21 de septiembre de 2008. Las autoridades menorquines que asistieron a la toma de posesión de Joan Piris conocieron en Lleida el nombramiento de Salvador Giménez como administrador apostólico
El nuevo presidente de la Asociación Hotelera de Menorca es un hombre discreto, afable en el trato y observador. Luis Pablo Casals (Mahón, 1963), que pertenece a una saga familiar menorquina pionera en la industria turística, recibió en febrero la propuesta para relevar a Joan Melis al frente de ASHOME.
Pidió tiempo y planteó cuatro condiciones. Entre ellas, formar su propio equipo; mantener a Azucena Jiménez como gerente y que no existan 'derechos sucesorios' ni 'mochilas'. Todas fueron aceptadas, al ser hijas del sentido común. Reconoce el nuevo presidente de los hoteleros -cuyo padre, Pepe Casals Thomas, militó en la democracia cristiana en los años de la clandestinidad y la Transición- el complicado papel desempeñado por Joan Melis, que acertó con los convenios con los mayoristas. Con conocimiento y elegancia explica la difícil travesía del anterior presidente de ASHOME durante los peores años de la crisis y su capacidad para reincorporar a las empresas menorquinas a la asociación. Melis sigue batallando al frente de CAEB-Menorca y Luis Casals pilota la nueva etapa de ASHOME.
Cambios en la diócesis
El domingo 21 septiembre de 2008, tras haber dirigido la diócesis de Menorca desde abril de 2001 -cuando fue ordenado en la Catedral de Ciutadella-, Joan Piris tomaba posesión de la sede episcopal de Lleida. En aquella solemne ceremonia los consellers menorquines Joana Barceló y Albert Moragues, acompañado por su esposa, la diputada autonómica Cristina Rita, representaron al Govern balear. En los bancos de la Catedral de Lleida reservados para las autoridades civiles se sentaron junto a Josep Lluís Carod Rovira, entonces vicepresidente de la Generalitat.
También se desplazaron a la capital de la comarca del Segrià Marc Pons, recién estrenado como presidente del Consell insular; Joana Barceló, que de la presidencia del Consell había saltado al Ejecutivo autonómico; el alcalde Llorenç Brondo; el director insular de la Administración del Estado, Javier Tejero; y el conseller insular de Cultura i Patrimoni, Joan Lluís Torres. Todos ellos supieron aquel mismo día que el nuncio del Papa en España, Manuel Monteiro de Castro, había nombrado administrador apostólico de Menorca a Salvador Giménez Valls, hasta entonces un desconocido, para los menorquines, obispo auxiliar de Valencia y titular de Abula. La fotografía deja constancia de aquel inesperado encuentro.
Siete años después, surgen las preguntas: ¿qué autoridades menorquinas asistirán el 12 de septiembre a la misa de despedida del obispo Salvador en la Catedral de Ciutadella, que coincidirá con la clausura del 50 aniversario de la creación de Caritas Diocesana de Menorca?, ¿quiénes se desplazarán el domingo 20 de septiembre a Lleida a la toma de posesión de Salvador Giménez como sucesor de Joan Piris? Contextualizamos: Giménez Valls entrará en la milenaria sede leridana el domingo anterior a unas elecciones que, en función de su resultado, serán autonómicas o bien podrían convertirse en plebiscitarias.
Pero la cuestión más relevante para Menorca consiste en si durante la etapa de sede vacante, que empezará el 20 de septiembre, nuestra diócesis será regida por un administrador diocesano, nombrado por el Colegio de Consultores de Menorca; o por un administrador apostólico, designado por la Santa Sede.
La responsabilidad de administrador diocesano es muy complicada porque ejerces de obispo -o sea, tomas decisiones propias del cargo episcopal- sin serlo. Durante esta etapa transitoria rige el principio canónico nihil innovetur, lo que implica cambios mínimos. Gerard Villalonga, nombrado delegado para la generalidad de los asuntos, ofrece las máximas garantías de solvencia por su experiencia curial, su excelente trato personal y su conocimiento del Derecho Canónico.
Un administrador apostólico aporta otra perspectiva. Entre los candidatos, Javier Salinas, hoy obispo de Mallorca, que antes fue titular de Eivissa primero y Tortosa después. Una opción que causa cierto desasosiego al recordar los artículos de Rafel Mª Oleo sobre los intentos de suprimir la diócesis de Menorca tras la muerte del obispo Bartomeu Pascual Marroig (1875-1967) con el jienense Rafael Alvarez Lara -'don Rafaé'- como administrador apostólico durante el periodo 1966-69. Ha sido la única vez que un obispo de Mallorca ha desempeñado esta función en Menorca y con unas intenciones nada favorables a los intereses menorquines. La siguiente sede vacante, en 1977, cuando el mallorquín Miquel Moncadas Noguera fue nombrado obispo de Solsona, se resolvió con la elección de Rafel Mª Oleo como vicario capitular. No existía entonces la figura del administrador diocesano.
Después hemos contado con tres administradores apostólicos: Manuel Ureña, obispo de Eivissa, entre Antoni Deig y Francesc Xavier Ciuraneta; Jesús Murgui, auxiliar de Valencia, entre Ciuraneta y Piris; y Salvador Giménez, que cubrió la etapa entre la marcha de Piris a Lleida y su nombramiento como titular de Menorca.
A partir de ahora, ¿cuántos meses vamos a permanecer en situación de sede vacante?
PREGUNTAS DE LA SEMANA
¿Qué exministro fue a cenar a otro restaurante del puerto de Ciutadella cuando le indicaron que debía guardar cola una hora?
¿Ya han consensuado Ara Maó y el PSOE el formato, contenido y quién pronunciará el pregón de las fiestas de Gràcia de este año?
¿Convencerán los residentes en Cala Morell al Ayuntamiento de Ciutadella para que repare los deteriorados y peligrosos replans?
¿Logrará Juana Francis Pons Vila ser nominada, por segunda vez, candidata del Partido Popular de Menorca al Senado?
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.