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La idea que el votante indeciso tiene respecto a quien dar su voto, es a estas alturas de la democracia, más indecisa que nunca. Quizá porque siempre se ha sentido manipulado por quienes han pretendido asustarle cuando no engañarle directamente.
El votante a estas alturas ya ha aprendido que el político va a sus cuidados, siempre trabajando la huerta que le asegure una buena cosecha de votos. Después, los líderes políticos mercadearán con el potencial de escaños que les han tocado en el reparto de las volubles voluntades del día electoral y a veces, con pocos escaños quitará o dará gobiernos. Eso sí, tras farragosos intercambios de intereses. Ochenta días tardó la presidenta de Andalucía, la señora Díaz, doña Susana, hasta que por fin quien podía puso el huevo. El mi opinión, un error por la parte socialista fraguado en una jugada de interés local, demostrando poco valor en ingeniería electoral. Mejor habría sido ya puestos, apostar fuerte y aguantar el tirón para tener que ir de nuevo a elecciones, que habrían sido más o menos como las catalanas, para presentarse ante las elecciones legislativas habiendo recientemente perdido el PP en Catalunya y en Andalucía. La tesis es que luego el voto se diera por inercia, huyendo de caballo perdedor y teniendo presente lo que dijo la señora del caloret: «¡qué hostia, qué hostia!».

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A Rajoy le ha venido su ángel de la guarda a ver desde el mismo instante que Ciudadanos desatascaba la presidencia del palacio de San Telmo. Ahora sólo le queda a Rajoy cruzar el rubicón de Catalunya. Quizá el presidente Rajoy tenga la ocurrencia de dejar de ser previsible por una vez y adelante las elecciones a los catalanes. El envite es por lo menos para pensárselo. De cualquier manera, tal cual estaba la madeja de enredada en Andalucía, Rajoy ha tenido muchísima suerte. Una virtud como pocas eso de la suerte, que deberá, ya que se le ha puesto el santo de cara, administrar con talento y hasta con talante. Estando todo cogido con alfileres, una puntada mal dada y todo el armazón del encaje de bolillos electoral se les puede venir abajo. Aquí está todo expuesto a cualquier desaguisado de la eventualidad y toda prudencia es poca. Fíjese don Mariano como le crecen los enanos a doña Susana Díaz: de un día para otro se le aparecen detenidos e imputados a tutiplén con esa vaina de los cursos a los parados. El lunes 8 de junio la policía detuvo a treinta excargos de la Junta de Andalucía y a cinco empresarios en la llamada tercera fase de la operación Edu. Pero espere, aguarde don Mariano, al día siguiente 9 de junio, en la operación Púnica en Madrid la Guardia Civil llevó a cabo operaciones y registros hasta una docena de cargos públicos con un asunto que también se conecta con Valencia al parecer. En resumidas cuentas son tantas las liebres que aquí puede saltar la liebre en cualquier momento. ¡Será por liebres!