Hace meses que aconsejaba desde estas mismas páginas que el señor Rajoy y su equipo debía de acelerar cuanto antes una remodelación del Gobierno, lo que se ha dado en llamar «hacer una crisis». Y lo decía yo porque es difícil y arriesgado llegar a unas elecciones generales con la mitad del gobierno más quemado que la pipa de un indio y la otra mitad extenuado con todo lo que podrían decir como mensaje estimulante, completamente amortizado por cansinamente reiterativo. Todas las virtudes las han desvirtuado por un uso exagerado y ante la ciudadanía dudosamente veraz. El anhelado milagro económico que no le llega al ciudadano con la nitidez que sí le llegó la crisis que la ha visto tangible y verdadera en sus propias carnes, sobre todo cuando al final de mes no se cobra, sobre todo también cuando se descubre que se acaba antes la comida que el hambre. Poco trabajo, inestable y cuando no, mal pagado, Trabajadores de 500 o 600 euros mensuales que cobran algunos. Aparte de todo eso, el día 24 de mayo miles de trabajadores entre políticos y asesores del PP han ido a parar a las plurales listas del INEM y además entre ellos hay presidentes autonómicos que viendo lo visto, han anunciado que se van (a la fuerza ahorcan), para los que el partido, supongo, que habrá pensado en ir buscándoles donde los puede colocar, que sigan pisando moqueta. Siempre habrá un despacho en aquella empresa donde uno/a ha procurado hacer buenos amigos.
Així mateix
Remodelación gubernamental, demasiado tarde
12/06/15 0:00
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