Están por todo y ya nos rodean. Han llegado a las puertas de la ciudad y amenazan nuestra forma de vida, puesto que son mayoría y tienen la fuerza de su parte. Desprecian las leyes que no les benefician y las más elementales normas de cortesía. Ellos inventaron el linchamiento. Egocéntricos, despectivos, irascibles. Un intenso rencor, un odio visceral transmitido de padres a hijos los mueve y alimenta. Sus sueños y fantasías son excluyentes. Les gustaría eliminar a otros o someterlos. Piensan que saben lo suficiente aunque sus principales fuentes de cultura sean la televisión y las redes sociales. Se creen en posesión de la verdad. No es la primera vez que cae un imperio ni será la última. Los imperios vienen cayendo desde que comenzó la historia. Pero da un poco de miedo verlos tan cerca y tan crecidos. Gritan, insultan, se amotinan. Tan transversales, multiculturales, viscerales y animales. Ser bárbaro es una forma de ser y comportarse. Una forma de no ser y de no relacionarse. Afán de negar todo aquello que no se comprende ni comparte.
Sin flash
La invasión de los bárbaros
19/04/15 0:00
También en Opinión
- Imputan por homicidio imprudente al conductor del accidente en Cala Galdana
- La fabiolera des Migjorn no sortirà a la qualcada
- Llorenç Ferrer, número 3 del PSOE, será el primer alcalde del nuevo gobierno de izquierdas en Ciutadella
- Le roban en Cala en Bosc, identifica al ladrón horas después y la Policía le detiene
- Los ‘reyes’ del interiorismo se casan en una exclusiva boda en Menorca con muchos ilustres