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Yo creo, queridos lectores, que cada vez son más las personas que tienen claro que este país acabará siendo una provincia de China. Y no lo digo porque el multimillonario chino Wang Jainlin haya comprado el 20 por ciento de mi Atlético de Madrid, lo digo porque como sigan bajando salarios a este ritmo y recortando libertades de esta manera Shanghái se hermanará con Badajoz, y encontraremos en las calles de Pekín a José, a Juan y a Pedro buscando trabajo, y en las de Oviedo a Wei, Hi o Chen. Globalización extrema y supermercado mundial, a vender toca explotación mediante.

De hecho en la capital del reino, maltrecho y empobrecido, de España, podemos encontrar el polígono industrial de Cobo Calleja. Si usted quiere pasar un día loco y hacer una auténtica inmersión en la lengua de Mao Tse Tung, dese un paseíto por este auténtico China Town peninsular. Es muy difícil encontrar un cartel que no esté en chino, no sé si mandarino o cantonés, mi nivel de chino es muy parecido al nivel de inglés del presidente de nuestro país.

Basta que eche un vistazo por encima a su casa y verá cuántas cosas vienen ya de China: Su teléfono móvil por más de marca que sea, su ropa, su ordenador, su televisor, los juguetes del niño, y mucho de los muebles que se fabrican por allí y después se embalan en Suecia para repartirlos a todo el mundo. Como les dé por copiar la sobrasada, en Menorca estaremos más perdidos que Paquirrín en una biblioteca. Vaya pues asumiéndolo, con el menor dramatismo posible, que cada vez estamos más cerca de abandonar el euro y operar en yuanes.

Olvídese por lo tanto del inglés y exijamos ya un real decreto educativo para impartir una educación trilingüe que incluya el chino mandarín. Cambiemos la dieta mediterránea por el arroz tres delicias con salsa agridulce. Acostumbremos a ver como un gobierno ocupado por un partido que se dice conservador, liberal y capitalista, se somete servilmente al gran gigante chino gobernado por el Partido Comunista. Los comunistas patrios, o cubanos, le dan mucho repelús a esa elite casposa, pero los comunistas de Macao deben ser otra cosa porque incluso cambian las leyes para proteger a sus delincuentes internacionales, no sea que los políticos de Pekín se mosqueen.

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Claro que si los 1.300 millones de chinos y los 46 millones de habitantes de este país se hartan de ser explotados y represaliados, igual se crea una hermandad muy peligrosa entre los pueblos en contra de los gobiernos represores y corruptos. Sangre ya ha habido, poco se habla de la matanza de estudiantes en la Plaza de Tiananmén en el año 1989. Los estudiantes chinos salieron a la plaza a pedir libertad y su gobierno les mandó los tanques y mató a más de 2.000 personas, realizó además arrestos masivos, los gobiernos de occidente callaron serviciales y temerosos.

Se han aprobado en este país leyes que nos están llevando de cabeza a ser chinos. Una reforma laboral que deja al trabajador con el culo al aire y en situación de semiesclavitud. Una ley mordaza que corta de raíz la libertad de expresión, Un ley de seguridad ciudadana que iguala una manifestación pacífica con un acto de terrorismo. Una ley de reforma de la administración local que acabará con los ayuntamientos y centralizara el poder. Una amnistía fiscal que favoreció a corruptos y un largo etcétera interminable.

O cambia el rumbo, o nos toca bajar la cabeza, y susurrar muy bajito: «Que no me toque a mí, Wo bùyào pèng wo», o algo parecido.


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