Y pensar que uno empezó a operar con hojitas de afeitar «La Sevillana»…
Unas páginas más adelante se habla de la actual epidemia de miopías sobrevenidas y su prevalencia en los ambientes de más alto nivel educativo. Los últimos estudios insisten en que ni las gafas ni las lentes de contacto son efectivas para limitar la progresión de la miopía. Parece que se apunta a una solución de lo más sencilla: que los chicos pasen la mayor parte de su tiempo al aire libre, bajo la luz del sol, mirando a lo lejos. De hecho, Singapur ya ha empezado a implementar medidas en este sentido en su sistema educativo. Ojo, compulsivos cibernéticos que observáis el mundo a través de las pantallitas…
Sábado, 31
Al mal tiempo buena cara, la que ponemos al saborear el coc amb cega que nos preparan Bep y Nina en Ciutadella, ciudad también hermosa, galante, con buena letrisidad y con un dique de mar al pie, en una ceremonia invernal que vamos repitiendo a lo largo de esos años que nos arrugan la cara pero no el paladar. El bocadillo de pájaro, toda una artesanía gastronómica que requiere muchas horas de elaboración, nos mantiene en contacto con la Menorca ancestral antes de que sea engullida por las franquicias.
Vuelta a casa a tiempo de echarle un vistazo a la demostración de fuerza de Podemos en la Puerta del Sol de Madrid, para lo que tengo que acudir a la prensa digital ya que la televisión pública española abre con la información del tiempo... Discurso moral, mucha patria (bon ball tenim) y muchos sueños, como Martin Luther King, con la mirada puesta en el devenir de Grecia, prueba del nueve para los nuevos patriotas universitarios. Rápido zapeo nocturno del que huyo despavorido (Pepe Bono y el Pequeño Nicolás, un cóctel indigerible) hacia las sedantes tinieblas de la noche invernal.
Domingo, 1
Climatología juguetona. Sol esplendoroso al salir por la mañana a por ensaimadas, optimistas planes de comida al lado del mar, para dar paso a un viento gélido bajo un cielo violáceo, manifiestamente hostil. Volvemos grupas. Nada de alardes marineros ni de ningún otro tipo. Remembranza de tardes de brasero y mesa camilla jugando a la brisca con s'avia mientras regueros de agua decoran las ventanas con trazo infantil.
Interesante artículo de Enric Juliana en «La Vanguardia» sobre la exhibición de fuerza de Podemos ayer en la Puerta del Sol: «Ha nacido con rabia y energía una nueva corriente política en España. No es un suflé. No es un ingenioso artificio de las redes sociales. No es un simple juguete de la televisión privada ni un espejismo de las encuestas ni se deshinchará en cuatro días… El fenómeno Podemos va en serio y ayer quedó perfectamente demostrado.»
«Es Diari» por su parte, nos da cuenta del traspaso de los negocios turísticos de la familia Sintes Pascual a un grupo mallorquín. «Falta de relevo generacional» es el motivo aducido. Cansancio quizás de navegar en un mar plagado de tiburones. Recuerdo la ilusión emprendedora del patriarca Gabino, su defensa tranquila en el Ateneo de un campo de golf en S'Algar con aguas recicladas de su complejo turístico, su categoría humana como paciente que quería resolver sus problemas médicos en la Isla… Se van los negocios familiares densos, cálidamente hospitalarios. Es ley de mercado y de vida. Pero insufla melancolía esa sensación de debilitamiento de la sociedad civil menorquina.
Martes, 3
Estamos ahí, los razonables, vienen a decirnos, los partidos de orden, en contra del terror y a favor de la seguridad de la gente decente… Pues muy bien, pues potencien ustedes las fuerzas de seguridad, los servicios de inteligencia y la cooperación internacional, promuevan una justicia ágil y eficiente y déjense de retóricas grandilocuentes. Ah!, y si les da por los pactos, empiecen por los de educación y justicia, infinitamente más necesarios. Bien al contrario, nos infligen una reforma universitaria estilo TIL, sin complejos, desoyendo hasta a la junta de rectores.
Miércoles, 4
Vuelta de tuerca a la crueldad por parte de un Ejército Islámico a la busca del espanto amedrentador. ¿Es suficiente todo lo propuesto ayer o, esta vez sí, hay que ir directamente a la guerra contra el terror medieval? ¿Hay otra solución?