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En su intervención sobre «La Menorca descrita per l'Arxiduc», que el historiador Miquel Angel Casasnovas pronunció en el acto institucional de Sant Antoni organizado por el Consell, explicó que la limitada tirada de su obra enciclopédica, «Die Balearen», sus descomunales dimensiones y su edición en lengua alemana «la hacían inasequible para la mayoría de los menorquines». Así ocurrió desde 1890, cuando se publicó, hasta 1980, cuando la traducción al castellano, editada por la Caixa de Balears Sa Nostra, hizo accesible el texto en su integridad.

En la alocución del profesor Casasnovas Camps encontramos a faltar una alusión, y un público reconocimiento, al menorquín que impulsó, gestionó los recursos necesarios e hizo posible la traducción del «Die Balearen». Nos referimos a Guillermo de Olives Pons, entonces presidente de la Caixa de Balears Sa Nostra, entidad que financió esta costosa iniciativa editorial. Además, Guillermo de Olives aportó documentos inéditos de la correspondencia que su bisabuelo, Juan Pons Soler, mantuvo como colaborador en Menorca del ilustrado príncipe investigador que ocultaba su identidad como miembro de la familia imperial austriaca bajo el titulo de conde de Neudorf.

Guillermo de Olives, ilustrado de otra época, se encargó de ilusionar e implicar en esta traducción y edición a los menorquines Carlos-Miguel Sánchez Rodrigo, su esposa Bárbara; al catedrático Tomás Vidal Bendito y al impresor Miquel Cardona Florit.

Miquel A. Casasnovas no mencionó tampoco la segunda traducción del «Die Balearen», la primera al catalán, que a partir del año 2000 publicó el Grup Serra, distribuido en fascículos a través del diario ULTIMA HORA y sus ediciones insulares de Menorca y Eivissa. Constituyó una arriesgada apuesta editorial que permitió difundir la obra del archiduque en nuestra lengua propia.