Dios ha sido más generoso con algunos lugares que con otros. Menorca recibió sin duda más que Lanzarote... si obviamos el clima. Y esto ultimo según se mire. Mi amigo Bep Cavaller, por ejemplo -y como él, imagino, muchos otros- me comentaba la necesidad también del frío, de los cambios estacionales, para vivir. La monotonía climática, aunque benigna, puede llegar a ser ciertamente empalagosa. Y volviendo al tema que nos ocupa quería exponer que nuestra Isla es esplendorosa, blanca, verde y azul, en cambio Lanzarote parece un lagarto marrón, de lava volcánica, tendido al sol, sin árboles, con callaos y hondonadas pedregosas, en fin, sólo el clima, una dádiva divina para paliar seguramente su aridez. Claro que, como hemos visto, todo es subjetivo y debe haber quien considere a la isla marrón más atractiva que la de colores menorquina.
De aquí y de allá
Menorca y Lanzarote
02/12/14 0:00
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