Sostiene la Societat Històrico-Arqueològica Martí i Bella que los centros históricos son espacios que «deben ser conocidos, reconocidos, protegidos y habitables; y como parte importante del Patrimonio Histórico, objeto de sensibilización y difusión». Para evitar el abandono, el deterioro y la degradación de estas áreas urbanas cuyos valores patrimoniales y riqueza histórica maravilla al visitante pero irrita al residente, es preciso dar facilidades a quienes tienen su vivienda aquí para evitar la tentación de marchar a otros barrios, mucho más accesibles, amenos y amables.
En diciembre de 1964 el Consejo de Ministros aprobó la declaración del casco antiguo de Ciutadella como Conjunto Histórico-Artístico. Un reconocimiento que se basó en el reconocimiento de los monumentos, los edificios singulares y las tres condiciones de la antigua Medina Menurka como «ciudad musulmana, capital medieval y capital eclesiástica» de Menorca.
La 'Martí i Bella' ha dedicado las Jornades de Recerca Històrica de Menorca a los centros históricos concebidos como obra del pasado para la vida actual. Acertó la entidad al proponer al Ayuntamiento el homenaje y el reconocimiento a los tres impulsores. Fueron el presbítero y archivero Fernando Martí Camps, de bellísima prosa histórica; el investigador Josep Pons Lluch, Bep Padet, sabio y maestro de las fiestas de Sant Joan; y el ebanista-carpintero Damià Cardona. Guiados por criterios éticos y estéticos, tuvieron la valentía y la visión de impulsar, en pleno franquismo, una declaración que hoy exige ser revisada a fondo.
Cincuenta años después, la realidad del casco antiguo de Ciutadella es «compleja y de futuro incierto». Es el momento de actualizar el Plan Especial del Casco Antiguo para facilitar la convivencia ciudadana y reactivar la actividad económica.
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