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Desde 1939 -el año en que acabó aquella guerra que aún no hemos logrado cerrar- hasta 1972, Jesús de Olives Lluch, metódico y constante lector de la prensa menorquina, recogió, identificó y archivó centenares de imágenes.

Son las fotografías que, con equipos manuales, obtenían Rafael Hernando y Joan Pons para recoger la actualidad, los acontecimientos y las vivencias de la Ciutadella que evoluciona desde la postguerra hasta los años del final del franquismo; una ciudad que se transforma al vivir el extraordinario impacto económico de la industria del calzado y los inicios del fenómeno turístico.

Jesús de Olives es un hombre amable, conversador y polifacético que, además de haber sido concejal -encabezó la candidatura de AP en las elecciones municipales de 1983-, ha tenido la capacidad y la habilidad de desempeñar la presidencia del Casino 17 de Gener y del Cercle Artístic. Complicado reto en esta ciudad donde lo más difícil siempre ha sido ponerse de acuerdo.

Esta colección fotográfica, única y excepcional, que rescata y evita que caiga en el olvido la memoria gráfica de una Ciutadella que ya forma parte de los recuerdos y los libros de historia, ha sido digitalizada. Así se evita su pérdida y destrucción.

Ahora, gracias a la iniciativa de Ciutadella Antiga, se expone en el Espai Sant Josep. Una muestra que merece ser visitada, con un ágil montaje expositivo del inquieto Salo Moll y textos de Joan F. López Casasnovas.

El poeta y filólogo, hoy lejos de la batalla política, lo define con acierto como «coleccionista de instantes». Porque Jesús de Olives, consciente de su esfuerzo, sabe que el presente no se comprenderá si no se explica y conoce el pasado. En estas imágenes hallamos la mirada de una Ciutadella que nos desvela las claves, anhelos y objetivos del siglo XXI.