Cuando las antiguas tendencias separatistas cogen fuerza, avivadas por la caótica situación que atravesamos, volvemos a celebrar la Fiesta Nacional, con el tradicional desfile de las Fuerzas Armadas. Puede que no todos celebren esa fiesta, porque la cohesión se resquebraja gravemente (exceptuando la que proporciona imaginar un enemigo común), la conflictividad se encona, y mucha gente cansada de convivir y del mal rollo, sueña con el divorcio. Es una situación que no ha caído del cielo, pues se ha ido fraguando diariamente y alimentando sin que fuésemos demasiado conscientes de ello, ocupados como estábamos en menesteres más lucrativos. Creímos en una democracia sin esfuerzo. Y tanta singularidad, acaba perjudicando la pluralidad. Bonito sueño, desde luego, sentirnos unidos por encima de nuestras diferencias.
Sin flash
Los tiempos que corren
12/10/14 0:00
También en Opinión
- Laura Escanes se sincera: «Es llegar a Menorca y no puedo explicar la paz que siento»
- Moción de censura: las claves de la operación que echará al PP de la alcaldía de Ciutadella
- Pierde el control de su coche y choca contra otros dos en Maó
- Tres nuevos agentes completan la plantilla de la Policía Local de Es Mercadal
- La desbandada de Ryanair en Menorca: de tener 20 rutas en verano a ninguna en invierno