Las conexiones aéreas preocupan a un 29 por ciento de los menorquines mientras que a los mallorquines digamos que es algo que no les quita el sueño, solo un testimonial 5 por ciento de nuestros vecinos considera el transporte como un problema. Normal, desde Mallorca puedes encontrar vuelos diarios a cualquier ciudad española y europea a precios asequibles. Sorprende más que en Ibiza, donde existe esa fuerte demanda turística que se suele esgrimir como necesaria para generar la oferta de más frecuencias y tarifas más competitivas de las aerolineas, también el transporte aéreo se perciba como un problema para el 32 por ciento de la población.
Así estamos, no es ninguna sorpresa; la encuesta de Estudios Sociales Avanzados corrobora lo que hace años viene lamentando la sociedad insular y lo que hace también años -ya se antoja una eternidad-, ningún partido que ha gobernado ha podido remediar. En invierno el aeropuerto menorquín está marchito, y si se quiere hacer un vuelo sin una exhaustiva búsqueda previa y sin poder programar cualquier detalle de la vida cotidiana, los precios se siguen disparando, y sin descuento de residente ya no digamos.
Esa es la realidad, que hace unos meses el director general de Aeropuertos del Govern aseguraba, en la Comisión de Turismo del Parlament, que era de «óptima conectividad aérea» entre abril y octubre, y un problema puntual, en fechas muy concretas, durante el resto del año, arrojando dudas jurídicas sobre el estudio de Avio Consulting que encargó el Consell.
Y el Govern anuncia ahora un concurso para contratar otro estudio, uno más, sobre la conectividad aérea en Balears. ¿De verdad es necesario pagar casi 38.000 euros para que nos digan lo que ya tantas veces se ha dicho y que todos sabemos?