Pendientes de Letizia

El Rey dice que el Príncipe está preparado para asumir su relevo. Como muchos jóvenes están preparados y quizás con más esfuerzo que Felipe pues no han tenido las mismas oportunidades y comodidades para formarse. Y es que el Rey abdica, según dijo un 2 de junio de 2014, después de las elecciones europeas. No me sorprendió el anuncio de la abdicación de Juan Carlos I, está dentro del cambio deseado que quiere este país maltratado y denostado por las instituciones, que aun así pretenden mostrarse ejemplares. Los pilares se derrumban: la política, la monarquía, y con ello una ciudadanía inquieta, que ha sido desalojada de la sociedad del bienestar, que pasa hambre, con pinceladas de la Francia de Luis XVI. El quid no es que el Príncipe esté preparado sino si se sigue con la monarquía, impuesta, o se pide un referéndum para que el ciudadano pueda elegir democráticamente si quiere rey o no. En el supuesto de que así fuera, Felipe tendría que ganarse el número sexto. Es entonces cuando su figura se humanizaría, estaría igualado a los españoles que pasan por una criba, una selección, una oposición,... y si la supera ¡fantástico! para él y para algunos. Y si no, se vería frustrado como muchos jóvenes que se han preparado para un cargo, para una puesto laboral y después de tanto sacrificio se han tenido que reciclar haciendo otras cosas. La mujer del Príncipe, doña Letizia -como le llama el Rey que no Princesa de Asturias, en su breve discurso de abdicación-, esta periodista de altos vuelos, lleva desde 2005 -el año que nació su primera hija, la infanta Leonor y sucesora de su padre. Me pregunto ¿cómo lo estará viviendo la niña con 8 años?- unos pendientes con forma de estrella de oro blanco de 18 quilates y diamantes regalo de la Maison Chanel. Y aquí está el futuro monárquico, sus pendientes es un mensaje encriptado que interpreto así: puede ser la señal de que serán ensalzados al cielo y formar dos estrellas más en el firmamento histórico de España, el cambio generacional monárquico esperado por ambos; o es el estrellato democrático vivido en sus carnes que pone fin a su trono. Ahora España está pendiente de los pendientes de Letizia.