En el garaje

Existe en argot la expresión «estar más perdido que un pulpo en un garaje», que en inglés sería to feel like a fish out of water (sentirse como pez fuera del agua). Sin embargo yo tuve un profesor de matemáticas que cuando no dábamos con la solución a un problema solía decirnos: «Ves menos que un pulpo en un garaje con gafas de sol y de noche». Muy gráfico; y muy pedagógico. Muchas veces he mirado en el garaje de mi casa si había algún pulpo, pero creo que es lo único que no he encontrado. Hoy he leído que los rusos no suelen tener nada en el garaje, simplemente porque no tienen garaje: dejan el coche en la calle. No sé cómo deben de apañárselas para ponerlo en marcha, con las bajas temperaturas que se alcanzan allí en invierno, a menos que no lo usen para no gastar gasolina. Nosotros, sin embargo, tenemos en el garaje las bicicletas que no usamos, las motos de los hijos, las herramientas que no sabemos usar, la máquina de cortar el césped, los aparatos de gimnasia que ya nos cansaron, los cursos por correspondencia que no hemos llegado a completar, las fotos de nuestros abuelos en sus marcos originales, los viejos juegos reunidos, los zapatos viejos, el caballete del cursillo de pintura con la caja de pintar, la vieja ampliadora en blanco y negro, la guitarra estropeada, las novelas en inglés que no leemos en la playa, los flotadores, la sombrilla, la rueda de tractor hinchable para la piscina y un sinfín de trastos inútiles por el simple hecho de que ya no los usamos.

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No los usamos porque nos falló la voluntad. Con paciencia y voluntad se logra todo y algo más, dice el refranero. Y también dice: donde no hay voluntad no hay fuerza. Nos falló la constancia para seguir practicando día a día en la cinta continua que los ingleses llaman treadmill (algo así como molino de andar), para terminar el curso de inglés para todos y el de alemán, para seguir cortando el césped, para salir todos los días en bicicleta y para ordenar, o simplemente tirar, las cosas inservibles. Ya sé que hoy se dice reciclar; pues nos faltó la voluntad para reciclar, incluso para reciclarnos a nosotros mismos. Hace años ya que le oí decir a John Lennon: «I cannot be what I am not» (No puedo ser lo que no soy). Y sin embargo queremos ser fotógrafos en blanco y negro, pintores, jardineros, ciclistas, gimnastas, guitarristas, aprendices de todo y maestros de nada (Jack of all trades, master of none) y cuando la dura realidad se nos impone lo vamos dejando todo en el garaje.