La semana pasada, si pasaron lista en las páginas del miércoles del diario, yo no estaba. Y es que la salud desde luego es lo más importante. Es verdad, el cuerpo es la cárcel del alma como dice Platón. Tu mente, tu alma van por un lado y tu cuerpo por otro. Y te crea una impotencia abismal. Entiendo en esos momentos al que está enfermo y vale la pena reconocer que muchas veces se trata de luchadores, estoicos, fuertes. Ya ves, fui a urgencias a que me pusiera suero y el hecho de estar con la bata oficial, bajo una luz de neón fría en una pequeña habitación blanca donde entraban y salían agradables enfermeras y un buen médico me dio un pequeño ataque de pánico. En esos momentos mi mente se fue a rincones del pasado que me hicieron sufrir y no era capaz de controlar, me sentí indefensa, pequeña. Y eso que me acompañaba un cuidador que estuvo de diez. Y piensas profundamente en los crónicos y en sus cuidadores (familiares, profesionales del medio). Del copago, de las no ayudas, de las listas de espera, del sanitario que cobra menos su salario, y se le pasan más enfermos.
Relaxing cup
Buena salud
29/01/14 0:00
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