Hace veinte años estábamos en crisis, con una tasa de paro del 24 por ciento (ahora ha escalado al 26 por ciento y al 55 por ciento en los jóvenes) y una enorme deuda pública consecuencia de los fastos de 1992, como la Exposición Universal de Sevilla y las Olimpiadas de Barcelona. Una inversión pública que retrasó el crack que le aguardaba al país después de una serie de problemas internacionales como la burbuja inmobiliaria japonesa. En una especie de 'déjà vu' económico aquí seguimos, años después, contemplando los efectos devastadores de la última pompa especulativa pero con dos diferencias: la primera es que de la crisis del 93 se empezó a salir dos años después y la segunda, que a pesar de la mala situación ese año se visaron en Menorca 388 viviendas más que en 2013.
Vía libre
Desde la grúa al suelo
28/01/14 0:00
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