La celebración, mañana, de la Pascua Militar constituye el momento adecuado para reflexionar sobre los cambios que ha experimentado la política de Defensa, con un gran impacto en Menorca, al haber sido suprimidas unidades y haber desaparecido la mayor parte de la guarnición destinada a la Isla.
De la antaño esplendorosa y potente presencia del Ejército en Menorca, con numerosas posiciones artilladas, además de la poderosa fortaleza de La Mola y diferentes cuarteles, queda hoy una reducida presencia militar, pero permanecen numerosas instalaciones en terrenos propiedad del Ministerio de Defensa.
El extraordinario trabajo llevado a cabo por el Consorcio del Museo Militar de Menorca y Patrimonio Histórico-Militar del puerto de Mahón y Cala San Esteban -en el que ha desempeñado un papel capital el coronel Francisco Riva Mayor- constituye el mejor ejemplo para la preservación, recuperación y reutilización de la arquitectura militar.
Es el momento de adoptar medidas para acabar con el deterioro de otros emplazamientos, como la batería de Son Olivaret, sometida al pillaje y el incivismo. El comandante general de Balears, Casimiro Sanjuan, debe actuar con las instituciones menorquines y dar una solución a lo que hoy se ha convertido en un problema.
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