El día 31 me llovieron las felicitaciones. Mensajes repetidos a una legión de amistades, entre las que me incluía, con originales alegatos al año que estaba a punto de comenzar. Cuando llegaron las doce, mi whatsapp ya ardía y, como la inmensa mayoría de los que me están leyendo, pasé casi tanto tiempo contestando al aparatito como abrazando a quienes tenía a mi lado. Apenas sin resaca y tras un sobresalto matinal, mi móvil se llenó de propósitos. Los que me aconsejan amigos y conocidos para el nuevo año. Y, como ustedes, pienso hacerles caso. Aún estamos en el tercer día de 2014, qué quieren que les diga, y los propósitos todavía siguen en pie. Así que, aparte de volver al gimnasio, sacar más a pasear a mi lleó y a darle a la guitarra, prometo (al menos intentar) perdonar, apreciar, comprender, escuchar, soñar, querer y compartir más. Y hasta puede que me enamore de nuevo.
De cul de bòtil
Propósitos para el nuevo año
03/01/14 0:00
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