TW
0

En la homilía de la misa de Navidad, el obispo Salvador Giménez manifestó que «somos muy dados a exigir nuestros derechos personales o de grupo cuando afectan a nuestro yo, pero somos olvidadizos para reclamar los beneficios de nuestros semejantes». El pastor de nuestra diócesis prosiguió esta reflexión en los siguientes términos: «pedimos continuamente justicia para nosotros mismos y ofrecemos una justicia ramplona para los demás».

A la luz del Evangelio, recordó que nos será exigido «compromiso y misericordia hacia los que viven con nosotros y con quienes tenemos una parte de responsabilidad en la búsqueda de soluciones compartidas».

El sentido profundo de las palabras del obispo Salvador interpelan a los menorquines ante «demasiados seres humanos hambrientos, sin casa, con falta de medicamentos, sin trabajo y sin protección de la propia dignidad». La festividad litúrgica más importante para los cristianos, con eco y repercusión en todo el mundo, nos invita a comprender y compartir el mensaje del obispo de Menorca. Con sobriedad, justicia y piedad, el espíritu navideño de gestos y buenos deseos se debe transformar en hechos y realidades.