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Ya es oficial: Ryanair deja de operar con Menorca a partir del 5 de noviembre y abandona las cinco rutas que cubre actualmente. Menorca sale perdiendo, una vez más. Sin la compañía irlandesa, la situación del transporte aéreo da un salto atrás considerable. Ahora lo que más preocupa es la comunicación con Barcelona, el principal destino de los menorquines, que ha ejercido de puente con el resto de ciudades y países. Vueling, a pesar de que va a ampliar de dos a tres las frecuencias diarias, se queda en exclusiva en esta ruta con la Ciudad Condal. Además de la cuestión de si la oferta de plazas va a ser suficiente, también es posible un incremento de los precios. La presentación de un proyecto de compañía regional de capital menorquín, con la seriedad de un buen estudio, es una expectativa interesante y ahora una necesidad más urgente, si cabe. A pesar de que, como mal menor, existen las OSP que garantizan el transporte a Palma y a Madrid, es necesario despejar la cuestión de la tarifa plana con la capital balear. Ryanair se queja de que ha recibido poco apoyo institucional y de las tasas aeroportuarias. Cuando las compañías y la administración competente no se entienden, los menorquines salen perdiendo.