Doble moralidad

De un tiempo a esta parte el enfoque de lo que se supone una vida adulta ha cambiado y ahora no nos preocupa controlar el futuro sino disfrutar del presente exprimiendo cada segundo como si fuera el último porque no hay nadie que nos asegure que no lo va a ser. Puede quea no sea fácil de entender pero las prioridades han cambiado y las experiencias vitales satisfacen, mayoritariamente, mucho más que un fajo de dinero. Aunque quizás sea una tontería de la edad.

Habrá quien lo achaque a la falta de ambición y yo le preguntaré ¿Qué necesidad hay de ser ambicioso? Quizás lo importante no es todo lo que consigas en esta vida sino todo lo que te echarán de menos cuando des un último vistazo. Está claro que con la que está cayendo hay que tener los atributos masculinos y los femeninos muy bien puestos para renunciar a la seguridad que da un sueldo fijo a final de mes por un trabajo.

Claro que da miedo porque la vida apenas tiene margen de error y una decisión que tomes aquí y ahora puede condicionarte para siempre pero creo que también lo que la hace fascinante es que tomar tu propia decisión y no la que han tomado por ti y vivir en consecuencia con ella es lo que te permite vivir plenamente este rato de existencia que privilegiadamente se nos ha concedido. Y sí, a mi también me parece que a veces soy un poco 'hippie' cuando escribo, pero no dejo de darle vueltas.

Dudo hasta cierto punto de quién es más rico, el que llega antes al objetivo que se ha marcado o el que mientras llega disfruta del camino que va recorriendo.
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