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O llegamos a un acuerdo antes de una fecha o aplicamos un desacuerdo peor a partir de ese día, se dijeron, y el día ahora ha llegado, y parece ser que eso que era peor ya no lo es tanto para algunos, así que lo fuerzan, o más bien se dejan ir hacia el desastre pactado. Secuestro financiero lo llaman. Pero es un robo de lobos a un rebaño de ovejas ya sin lana en pleno invierno; 750 mil piezas más a la carnecería del paro, en poco más de un año, y otras muchas al matadero. Eso pasa en EEUU, por lo visto, que internamente se inmola, dividida -como Europa-por dos posiciones tan diferentes que parece que defiendan países distintos. Pero no, lo que varía son los intereses y cuánto les conviene cada uno.

En Europa pasa lo mismo o peor, aunque tal vez con mayor sentido. Pues Europa no es un país, ni se rige por un interés común, no hay forma patriótica de defenderla, ni bandera que besen millones, ni siquiera tiene un himno que coree un sentimiento conjunto, ni letra ni música, ni estribillo que se pegue o se sienta. Así que es normal que se divida, pues al fin y al cabo no son más que partes juntas, o juntadas, que no acaban en cualquier caso de formar algo más al agruparse que por separado, no emerge una cualidad nueva que la haga más capaz o manejable. El único vocablo que comparten todos sus países es 'euro' y cada uno lo dice en su lengua, mientras unos a otros se los quieren quitar de las bocas. Las posiciones tan radicalmente diferentes en Europa tienen más sentido que las norteamericanas, pues si defienden territorios diferenciados, aunque desde Bruselas se finja visión de conjunto lo cierto es que todos deciden en base a criterios locales. Pero que tenga sentido no hace más que acelerar el problema, pues nada lo frena. Los italianos dicen en las urnas que no quieren más recortes y Bruselas los exige alargando la sombra de la Prima de Riesgo que amenaza y avanza para hacer retroceder posiciones contrarias a lo que desde arriba se imponga. Y ahora mandan los recortes, los ajustes, exprimir al máximo los derechos, porque ahora es el momento, porque la crisis es el escenario y no habrá otro igual como éste a largo plazo. Así que austeridad y retroceso, mientras se pueda, que luego el sistema crece y no se dejan. Lo mejor es apretar ahora que nos ahogamos porque sin aire nos faltan las fuerzas para coordinarnos. Y uno a uno van perdiendo contra Europa todos los países que la forman. Con Grecia, Portugal, Italia y España a la cabeza, ya decapitadas. Con gobiernos de atrezzo y mandatos sin recorrido, caen a pedazos los partidos sobre sus ciudadanos.