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El puerto de Maó precisa de algún motor que arranque para el desarrollo de sus grandes posibilidades económicas. Hay varios motores, pero sin duda el más importante ha de ser la actividad turística, que a su vez presenta múltiples vertientes. Una de ellas es el turismo de cruceros. Desde 2009, el amarre de buques estaba decayendo, mientras que en los otros puertos de Balears crecía de forma considerable. Este año, la tendencia se invierte y el puerto dará un salto importante, con más de 100 escalas programadas, 27 de ellas con un buque de gran capacidad, el "MSC Sinfonía", de 251 metros de eslora y 2.200 pasajeros. Ahora se plantean dos retos. El primero es conseguir que los turistas que llegan en crucero se lleven en la maleta una experiencia agradable. Para ello es importante que exista un plan para la acogida, que no se improvise y que el centro comercial se implique para que las compañías de crucero confirmen su interés por Maó. En segundo lugar, es necesario llevar a cabo el dragado del puerto. Las dudas medioambientales han de resolverse, pero en ningún caso la solución es no ejecutar el proyecto. Además la obra no puede demorarse. En abril, el puerto debe presentar su mejor aspecto y la seguridad necesaria, para que una buena temporada de cruceros arranque el motor de la economía local.