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Las cosas ahora no pintan demasiado bien en esta parte del Mediterráneo (de hecho, no pintan bien en casi ninguna parte del mundo). La crisis lo cubre todo. El pesimismo invade nuestras vidas. Tanto a nivel individual como miembros que somos de una comunidad determinada.

Un conocido me ha explicado su caso. Se ha quedado sin trabajo, sin mujer y sin piso. Todo perdido. Sólo le restan unos pocos euros para ir tirando. Dice que ya sólo le queda el bar porque allí es el único lugar donde encuentra un poquito de felicidad tomándose unas cañas "y otra de gambas". Vive atormentado por la situación que sufre pero entretanto, que no decaiga, se pide "! otra de gambas ¡". Ese es quizás el resultado de la formación del auténtico espíritu nacional que identifica a nuestro país: el orgulloso "antes muerta que doblá". El orgullo es el sustento de muchas vidas. O mejor, es un estilo de vida. ¿Quién dijo que el amor propio no mueve montañas? En España lo mueve todo. Somos genio y figura hasta la sepultura.

Seguro que será la combinación de esfuerzo y orgullo lo que hará salir adelante a ese chico porque es trabajador y, superada su etapa actual del "Don't worry, be happy", no se fiará de que el montaje socialdemócrata (que desincentiva y adormila el esfuerzo y que, además, ya es imposible de mantener) le resuelva sus problemas. Lo hará por si mismo. La crisis hace resurgir el instinto de supervivencia. Esforzándose, estrujándose el coco y trabajando como un loco. Y seguro que pronto encontrará una salida. La vida nunca cierra todas las puertas, siempre deja resquicios de salvación. Además, en su caso no todo habrán sido desgracias. Su trabajo era una porquería, su piso diminuto y horrible y su mujer era fea de cojines. La clásica borde. Un callo. Le informo que en el fondo ha tenido suerte y le felicito efusivamente. Nos abrazamos. ¡Liberado al fin! Un signo de buena suerte. Naturalmente lo celebramos tomándonos unas cañas "y otra de gambas".

La actitud ante las cosas es esencial para poderlas solucionar. Es el viejo dilema entre optimismo y pesimismo. La historia (¡que bueno leer biografías de hombres que se crecieron con las dificultades!) nos enseña que ante un presente oscuro siempre existe "a way out". Un hombre no debe dejarse vencer por las dificultades. Nunca. Debe estar convencido de que la derrota no existe.

Lo primero es poner un buen par de "galindons" encima de la mesa de tu vida y autoconvencerse de que el mundo no se acaba como dicen los agoreros (o los mayas). Siempre hay "a new morning", un nuevo comienzo. Después de la noche siempre llega el día. La combinación de esfuerzo y orgullo es letal para la crisis.

Es "sa caparrutia per no deixar-se guanyar mai per res".

Sólo los cobardes y los débiles se sienten vencidos de antemano. Los esclavos lo son por no haber sabido luchar lo suficiente. La resistencia, al final, siempre se torna victoria. No aceptar la derrota es una forma de victoria porque el destino nunca está escrito. Nos lo escribimos nosotros mismos.

Todas las generaciones las han pasado canutas. De un modo u otro. Pero es en los peores momentos cuando el hombre resurge de sus cenizas y consigue nuevos avances tanto sociales como materiales. Las crisis y las desgracias siempre han mejoran al hombre.

Era falso el lema que tenían los "punks" londinenses en los ochenta cuando aseguraban que no había futuro ("No future"). Sí lo hay. Sólo hay que encontrarlo.

Pero mientras se encuentra mi amigo hace bien en mantener su personal relación con las gambas. Aunque empiece un nuevo año que pinta mal no nos desesperemos ni dejemos de hacer lo que tenemos que hacer. No olvidemos que, como decimos en Mahón, al final "tots es pops van a morir a sa Colàrsega" y que al final "tots mos trobarem a Gràcia". Por lo tanto no hay para tanto (¡mira, incluso rima!). Tranquilicémonos pues y pidamos "Y otra de gambas".
"Salut i pessetes, i força a ses castanyetes".

Nota:
Para los que defendemos las modalidades lingüísticas de nuestras islas un buen regalo de Reyes es el último número de la revista "Toc-Toc" (4,50 €). La encontrarán en Librería Ronda de Mahó-Mahón y en "Sa llibreria des Racó" de Ciutadella.