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La reforma de la Política Agraria Común (PAC), que prevé un nuevo escenario a partir de 2014, preocupa seriamente al sector por la cuantía de los recortes de las ayudas comunitarias. Las organizaciones agrícolas y ganaderas ya han advertido que de aprobarse la propuesta inicial puede dar al traste con el carácter estratégico de esta actividad, que está sufriendo una progresiva pérdida de rentabilidad. En el caso concreto de Balears, los productores sufren además las dificultades para competir a causa de la insularidad, que en Menorca se torna en una doble insularidad. El panorama es aún más grave porque existe un agravio respecto a otros archipiélagos europeos a los que sí se les compensa por su condición geográfica alejada del continente. Sin ir más lejos, esta diferencia de trato se da en España cuando Canarias ha recibido 263 millones de la PAC 2012, mientras que en nuestra Comunidad la cifra se reduce a 26 millones. El conseller Gabriel Company reiteró el jueves que desde el Govern se está trabajando con Madrid para corregir esta situación. Por ello, el Ejecutivo autonómico ha de desplegar toda su capacidad negociadora y de presión para que el campo balear no sufra una nueva estocada.