Pobre tripulación y peor rumbo

En las elecciones catalanas por la especial situación creada mayormente por Artur Mas, los socialistas han conseguido evitar una caída que se vaticinaba en picado, y, solamente han perdido 8 escaños respecto a las elecciones de 2,.010. Aunque ese análisis meramente numérico, resulta escasamente riguroso, pues debería de decirse que por ejemplo el PP, ya ganó con mayoría absoluta en Galicia, y en Cataluña han conseguido un escaño más, a pesar del rigor de las medidas adoptadas por el gobierno de la derecha.

La diferencia dada la situación entre aumentar en un escaño y perder ocho, no es diferencia pequeña, si no abismal, que debería de hacer reflexionar muy seriamente a los socialistas, porque a nada que en los próximos tres años, la actual situación mejore, aunque sea mínimamente, y ojalá que por el bien de los españoles, mejore cuanto más mejor, pero como digo, aunque fuera sólo mínimamente, el PSOE tiene que ir pensando en otra derrota electoral.

Por otra parte, es lógico que la situación tienda a mejorar, pues difícilmente puede ya empeorar. Si acaso, y eso casi seguro, lo hará con unos miles de nuevos parados en 2.013, fruto de esa política del PP de facilitar a la patronal el ajuste, incluso descarado, de las plantillas.

A partir de ahí, con los salarios por los suelos, el despido cuando la patronal quiera y casi tan barato como gratis, con el ajuste de plantillas manipulable a voluntad del empresariado, parece lógico que allá por el 2.014, incluso de otros países nos venga una industrial al rebufo de una mano de obra barata a la par que sumisa. De manera que los socialistas deben repasar cual puede ser en el futuro cercano, su potencial político, porque el actual es prácticamente irrisorio. Gobiernan sólo en dos autonomías: la andaluza y la asturiana, y aún así, tienen que hacerlo con Izquierda Unida. Han perdido buena parte de los ayuntamientos, prácticamente todos los más grandes.

Por si todo esto fuera poco, optaron a mi modo de ver completamente equivocados, por el Sr. Rubalcaba, D. Alfredo, como secretario general. Un político que hace tiempo que debió de darse cuenta que tiene sobrepasada su fecha de caducidad, que le cumplió en el justo momento que perdieron las últimas elecciones legislativas para que las ganase un PP con mayoría absoluta. Un político demasiado marcado por el pasado para que sirva como acicate para el futuro.

Un político que representa el fracaso del último gobierno del que él fue parte activa. En consecuencia, no representa el futuro. Es el paradigma del pasado. Pero, que ahí está, sin que el continuo derrumbe de su partido le haga tomar una decisión, dar un golpe de timón, marcar en el cuaderno de bitácora un rumbo nuevo.

Parece que tampoco los socialistas se den cuenta que, precisamente gracias a esa debilidad, el PP está navegando, capeando la galerna que ha generado su política, sin que el velamen, la cabullería, el maderamen o el timonel de su barco, apenas hayan sufrido sus consecuencias, más bien todo lo contrario, pues es el buque socialista el que va desarbolado, desde el petifoque del bauprés a la vela cangreja.