Cuánta razón parece asistir a T.F. cuando formula que permanecer en modo cascarrabias no es ni original ni saludable. Sostiene además que el lodazal en que chapoteamos no tendrá arreglo mientras no cambiemos individualmente nuestra configuración, esto es, mutemos a personas educadas, solidarias, paguemos todos los impuestos que nos corresponden sin escaquear ninguna partida y nos parezcamos en fin (añado yo interpretando no sé si con acierto su discurso) a nuestros vecinos más o menos vikingos y a algunos de nuestros antepasados.
Me ha convencido. Estoy dispuesto a desinstalar la arruga del entrecejo aunque el gesto me deje con cara de idiota. En principio hoy lo tengo ideal de la muerte para intentar la metamorfosis: a) hace sol; desde mi puesto de trabajo veo el mar, veleros regateando y un cielo azul; b) ha callado por un rato la artillería pesada de la obra vecina (los obreros - quién sabe si podrán seguir haciéndolo en el futuro- comen y hacen pausa para tal menester) ;c) me espera un plato de lengua con alcaparras cocinado y amablemente obsequiado por Pilar, la propietaria de "Sa Viña" (de quien aseguro entre paréntesis que para mí representa la esencia de la elegancia y la honestidad heredadas de esta tierra, y añadiré que acumula -de forma impar- esmero, placer por el detalle, exquisitez , buen gusto y dominio de los fogones );d) por otra parte y en otro orden de cosas, estoy a punto de ganar mi primera partida de "apalabrados"; e) mi hija adolescente, a quien no veo desde hace semanas me ha mandado un whatsapp en el que no me pide nada (al parecer inopinada y simplemente se ha acordado de mí); f) unos amigos madrileños me emocionan con una entrañable visita sorpresa; g) me ha mejorado la sinusitis; h) preveo siesta en el horizonte inmediato. Como verán todo en mi organismo y en mi ecosistema favorece la aparición de un estallido de bonanza espiritual. ¡Sea pues!:
Me declaro feliz. Me importa un pito Rodrigo Rato; que le den morcilla a la comisión de investigación que todos intentan eludir. Me río de Janeiro, de Merkel, de Maroto y del de la moto. ¿Qué hay que pagar una millonada a Cesgarden? ¡Se paga y a tomar por saco! ¿Las indemnizaciones para choris de las cajas de ahorros? ¡Déjalos que se entretengan con sus cosillas! Yo a lo mío. A barrer de nuevo la terraza de mi restaurante (los vecinísimos escombros en desplazamiento técnico es lo que tienen), el "polvo del camino" como lo llama mi amigo Rafa Vidal ; a seguir con asombro las excursiones de Dívar ¡Qué bellísima persona!, tan modosito. Nada ni nadie conseguirá romper la magia de mi estado alfa. Por lo menos no hoy. Solo me quedan dos dudas.
1.- Tengo la sospecha de que tanto T.F. como Pilar, mis amigos madrileños, Rafa Vidal y hasta mi hija adolescente son o pueden ser al menos tan felices como los capullos que nos andan estafando. ¿Por qué entonces ese empeño de los depredadores en seguir escalando aún a costa de dejarse en el camino su palabra, su credibilidad, su honorabilidad como personas? ¿No se plantean siquiera que quizás no merezca la pena hacer tanto daño a tantas personas por obtener un producto (la felicidad) que podrían conseguir con medios mucho menos agresivos?
Y 2.-¿Porqué tenía Rajoy tanta ansia por llegar a una meta que consiste a la postre en hacer el ridículo con pareja contundencia a la de su antecesor tontorrón? ¿No habrían sido los dos más felices (y nosotros de rebote ) si se hubieran dedicado a alguna otra actividad más acorde con sus capacidades?
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