Volveré (i'll be back)

Hay que ver la que ha liado Arnold Schwarzenegger. El exgobernador de California está pasando por uno de sus momentos más bajos y es que se ha descubierto que el actor, a quien Bush llamaba "Conan el Republicano", se ha dedicado a tener hijos por doquier. Lo más sonado es la relación que mantuvo durante más de una década con una de las sirvientas a pesar de estar casado. Pero, historias del corazón aparte, Schwarzy, como lo llaman los norteamericanos, se atrevió a dar pasos novedosos: aprobó el estudio de células madre y una ley para promover la reducción en la emisión de gases de efecto invernadero en las empresas, primeras medidas políticas de este tipo en EEUU. El actor dejó su cargo de gobernador en enero de este año y ahora se encuentra en su Salzburgo natal para inaugurar un curso en el Foro de Energía de Viena, donde soltó una de sus frases que pasarán a las historia: "Hay que decir 'hasta la vista baby' a las petroleras" . Y aquí llegan las contradicciones, ¿cómo es posible que Schwarzenegger insista en defender las políticas de protección medioambiental cuando lo que a él más le gusta es pasear en su Hummer, uno de los coches que más gastan? Es lo curioso de la hipocresía política y ciudadana. Que juzguen su carrera política por ese tipo de cuestiones, vale, pero no por lo que haya hecho con su vida privada. Ya le pasó a Clinton en su día. Cómo nos gusta darle al pico.