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El vuelco electoral ha rescatado el interés por la promoción de campos de golf, uno de los más encendidos frentes de debate político, que con carácter cíclico ha sobrevolado la actualidad durante las últimas tres décadas. El anuncio del PP de introducir modificaciones en el Plan Territorial con el fin de flexibilizar la normativa y facilitar la inversión agrega expectativas a la apertura de ese tipo de oferta turística, que renace con la ayuda de un contexto económico adverso, la experiencia de territorios próximos y la posibilidad de adecuarse a los criterios medioambientales propios de Menorca.

Esas razones sugieren la oportunidad de plantearlo de nuevo con seriedad y amplitud de opiniones con el fin de cerrar acuerdos con un amplio consenso político y social. En el Foro Menorca Illa del Rei, uno de los ponentes habló de eliminar posturas dogmáticas –el famoso ¡no pasarán!– del diálogo institucional como fundamento indispensable para avanzar en desarrollo y pactar políticas eficaces. El de los campos de golf es precisamente uno de los asuntos marcados con ese tic y, por tanto, una excelente prueba para mostrar esa capacidad de análisis y arreglo de una sociedad sin duda mucho más madura.