Viaje, uno más, a Zaragoza (¿cuántas veces, hijo mío?), la ciudad de mis descubrimientos juveniles, a la que llegué en plena primera adolescencia, aún con acné y tupé, para estudiar medicina y doctorarme en vida-fuera-del-nido. Aprendí allí algo de la primera y bastante más de la segunda. Encontré allí la compañera para un largo viaje (ojalá). Ahora vuelvo en plena segunda adolescencia, con el cráneo despoblado y la próstata crecidita, dispuesto a aprender a ser viejo, para presentar una novela singular que pretendo explicar a mis viejos amigos, que acuden más para arroparme que por interés en el libro. Espero que lo lean y cambien de opinión. A eso he ido.
26-V-11
En el tren que nos lleva a Vitoria, somos testigos de una escena surrealista: A poco de salir de Zaragoza, una pasajera sudorosa y notoriamente embarazada se queja (con buenas maneras) al revisor por el calor reinante, a pesar del aire acondicionado. El operario trata de explicarle que otros tienen frío, y finalmente la cambia de vagón. Al cabo de un rato, oímos a nuestras espaldas las imprecaciones de otro pasajero (indignado, eso parece un virus) por el "frío polar" del mismo vagón (el airado individuo va en pantalón corto y sandalias sin calcetines).
El operario mantiene las formas hasta que, con irritación controlada, va en busca de la pasajera sudorosa y los enfrenta en un cara a cara que se nos escapa entre los meandros de las consabidas conversaciones vía móvil que nos rodean como los indios al séptimo de caballería (¡¡ Hola, cariño !!, ¿me echas de menos?). Al llegar a la estación, me acerco al atribulado revisor y le pregunto, con la sonrisa en los labios, si ha podido discernir si hace frío o calor.
-Yo siento un sudor frío-añado.
No me acaba de entender la bromita, pero responde a mi sonrisa con otra. En Vitoria, quince grados de temperatura menos que en Zaragoza. El sudor frío se hiela definitivamente.
27-V-11
Indolente callejeo por una de las ciudades más bellas y amables de España. Sí, porque a pesar de su simbología vasca un tanto artificiosa, da la impresión de ser la más castellana de las ciudades vascas (ni Franco encontró motivos para acusarla de "provincia traidora" como a Vizcaya y Guipúzcoa). Nos vamos de potes con antiguos amigos de Gaztei ( Vitoria/ Gaztei, como Donosti / San Sebastián, Maó / Mahón), en el día del pincho-pote (un vino, una tapa, un euro) y, aguzando el oído, escucho ilusiones y temores por la irrupción de Bildu en la política vasca. "No se puede excluir a más de un veinte por ciento del electorado", "No quiero que esos gestionen mis impuestos"…Los potes están soberbios, como la chistorra, mientras en la televisión de un bar, Carme Chacón gimotea, impotente ante el vuelo de las dagas traicioneras.28-V-11
Día de auto sacramental en Londres. Lo iniciamos en las bodegas de los hermanos Eguren en San Vicente de Sonsierra, donde la jefa de comunicación, exbecaria del Diario Menorca y querida sobrina Valvanera Valero, nos ofrece una cata inolvidable acompañada de queso y lomo embuchado que prolongamos en Labastida con unas cocotxas al pil pil decididamente lujuriosas.
Bien pertrechados aguardamos con recogimiento, ante el macro televisor, el momento místico en que los jugadores salen al césped de Wembley. Aunque mi mujer y yo somos los únicos culés militantes, sobrinos y sobrinos nietos nos arropan con calor, todos hermanados en la noble misión de dejar en evidencia a Mourinho y sus patrañas. Lo conseguimos con creces: el Barça imparte una lección de fútbol que asombra y encandila al mundo. Ahí tiene el gran crispador portugués la respuesta a sus porqués.
En el transcurso de la segunda parte, mi hijo me llama desde las gradas del propio Wembley:
-¿Estás viendo lo que yo? ¿No estaré soñando?-me pregunta ante el artístico despliegue del Barça.
-No, hijo, no, estás en un recital poético.
29-V-11
Pues no, la movida el 15-M aún no se ha muerto de finor, como pronosticaba el otro día en un apunte a vuelapluma. La desgraciada y torpe actuación del conseller de Gobernación catalán Felip Puig ha añadido más leña al fuego. Pero no se puede ocupar la vía pública indefinidamente. La protesta debería trasladarse a los partidos políticos, son ellos quienes tienen que canalizar las inquietudes y propuestas de la ciudadanía, abriéndose a la sociedad, dejando de ser el cortijo que son ahora. Dedazos, endogamia, eslóganes y amparar corruptos porque son de los nuestros, son síntomas de una enfermedad corrosiva para la democracia.
1-VI-11
Repaso cibernético matutino a la prensa: el integrante más conspicuo del carajillo party, Ramírez Codina (por no poner el pedrojota, que me joroba) atribuye gran responsabilidad a Rubalcaba en el asunto de los pepinos mortíferos…
Para recuperarme del shock, reviso con Pam, mi teacher, la prensa inglesa: incienso y flores al Barça y serenidad absoluta para comentar el posible desmembramiento del Reino Unido a raíz de la pujanza nacionalista escocesa. Vuelvo a rendir pleitesía a los británicos.
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