Necesitada está la sociedad actual de personas que con su testimonio vital transmitan esperanza. Carmen Marcén es una de ellas. Falleció el domingo en Quito. Ha sido misionera laica durante casi cuatro años, con su marido Antoni Carreras. Ha estado comprometida con el comercio justo y fue responsable de las tiendas de s'Altra Senalla en Menorca. Después trasladó su misión a Ecuador, donde consiguieron la venta de lana de alpaca a una empresa canadiense. Allí ha colaborado en una iniciativa de horticultura orgánica y en una escuela popular. En las entrevistas, transmitía alegría. "Todo lo que hago me gusta", decía. Y además aprendía quichua, la lengua indígena, ante la sorpresa de las mujeres de esta etnia, acostumbradas a esconder su idioma. Ella resumía sus años en Ecuador "con la palabra esperanza". Su testimonio descubre una trayectoria de una persona creyente, cuya fe la llevó al compromiso con quienes más apoyo necesitan, trabajando por la justicia. Decidió dar su vida y de esa forma la ganó. La Iglesia y muchas entidades solidarias cuentan con testimonios que iluminan estos tiempos de confusión, en los que una persona vale mucho más que mil palabras.
Editorial
Testimonio de quienes dan la vida y la ganan
28/03/11 0:00
También en Opinión
- Giro de 180 grados en la Seguridad Social: El Gobierno da la vuelta a la edad de jubilación este 2025
- Fallece un hombre tras quedar inconsciente en la calle en Maó
- Empresas de alquiler turístico estallan contra el Consell de Menorca: «Su campaña es ofensiva»
- El Govern pone el foco en los más de 500 parados crónicos que hay en Menorca y les exige implicación
- El emblemático Bar Peri de Es Migjorn se pone a la venta ante la falta de relevo generacional
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.